Esto le pasa al cerebro de tu hijo cuando le gritas
Los investigadores comprobaron los efectos de esa violencia verbal sobre los niños y encontraron que habían desarrollado diversos problemas de conducta en el año sucesivo, comparado con los niños que no habían recibido gritos.
Los problemas iban desde discusiones con compañeros, dificultades en el rendimiento escolar, mentiras a los padres, peleas en el colegio, hasta robos en tiendas y síntomas de tristeza repentina y depresión.
Gritar a nuestros hijos raramente soluciona el problema, al contrario no debemos gritarles, ni decirles insultos verbales hacía su perosona.
Cuando una persona se frustra, su cerebro libera cortisol, la hormona del estrés, es como si la persona dejara de pensar el centro cognitivo del cerebro se apaga y el centro emocional se hace cargo.
Esto explica el porqué los padres gritan. En respuesta, lo mismo les sucede a los niños ante los gritos, sus niveles de cortisol suben, sus emociones toman el control, y pueden o quedarse congelados y no hacer nada, o responder gritando de regreso, o bien terminar montando un berrinche.