¿Qué significa que la panza se ponga dura durante el embarazo?

Durante el embarazo existen diferentes motivos por los que tu pancita se puede poner dura según cada trimestre.


La panza se puede poner dura en las diferentes etapas de embarazo por diferentes motivos, en el primer trimestre la panza se puede poner dura de manera ocasional.

En el segundo trimestre la panza se puede poner dura por la aparición de las contracciones totalmente normales y fisiológicas que son llamadas de Braxton Hicks.

Y finalmente en el último trimestre la pancita se puede poner dura porque empiezan las contracciones para preparar el parto.

Es importante que sepas que el útero es un músculo muy fuerte y que al estirarse puede que haga alguna resistencia y esta dureza o resistencia es la que tú percibes en tu panza.

En mujeres delgadas esto es más frecuente, también se puede presentar en aquellas que se han realizado alguna cirugía estética abdominal por estiramiento forzada de la piel y de los músculos abdominales.

Algo que comúnmente hacen las mujeres es que cuando sienten la sensación de dureza, tirantes o de contracción es acariciar la panza y esto sin saberlo hace que las fibras uterinas se irriten, es decir, estén más susceptibles y estimulen la contracción; por todo esto, se aconseja no realizar esta práctica que, aunque resulta placentera, es contraproducente si no estás en los días de espera del parto.

Si en cambio estamos en un estado avanzado del embarazo y notamos que la barriga se pone dura, la causa más probable es que se deba a las contracciones. 

Debes comprobar entonces si el endurecimiento suele durar unos segundos y luego la barriga se relaja por sí sola. Si es así es que estás teniendo tus primeras contracciones.

un estómago duro durante el embarazo no es algo de qué preocuparse, pero en algunos casos especiales esta reacción puede representar riesgos para ti y tu bebé.

Pero para salir de dudas será necesario acudir a un médico. Solo él puede hacer un diagnóstico eficaz para saber si esta molestia no afectará el curso normal de su embarazo. Por lo tanto, cuando el endurecimiento se acompaña de un flujo de sangre, fiebre, dolor, rigidez, micción frecuente o náuseas recurrentes, debes informar inmediatamente a tu médico.

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